22 jun 2013

Luna llena...



Gozaba mi piel aquella noche
dádivas de caricias previsibles.
Nuestra era la noche, nuestra la luna llena,
se encendió plena y brillante como nunca
Te buscaron mis labios para calmar mi sed,
ella nos alumbraba con su luz de plata.
Ardía mi cuerpo en tus cálidas manos
tan íntimo, tan púdico momento que vivimos
tan única ella,  cómplice nos acompañaba
sin ruborizarse, viendo dos amantes
que al amor se entregaban…
Hoy está más cerca que nunca, parece que
puedo acariciarla con las yemas de mis dedos
Esta noche no siento nostalgias de tu ausencia
ni pena de saberte lejos, porque ella está intacta
excelsa quietud hay  en el infinito cielo,
ella se dilata pura y solícita, solo para
que en la distancia, se abracen tu alma a la mía

Autora Beatriz Favre

1 comentario:

  1. A pesar de la distancia que les separaba,
    a pesar de encontrarse muy lejos
    sus almas estaban unidas y se extrañaban,
    y se juraban siempre amor eterno.

    Porque la distancia puede separar los cuerpos pero las almas siempre permanecerán unidas.

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