Hace tiempo que estoy pensando que me he vuelto
invisible a los ojos de todos.
Si, amanece y ya comienza mi día, y se amotinan
recuerdos de otras mañanas llenas de bullicios, los chicos apurados corriendo
para ir al colegio, mis acotados tiempos para dejar todo listo y marcharme al
trabajo, bullicio en las calles, hablando todo le día con gente desconocida
hasta que llegaba la hora de volver a casa, rendida pero feliz de la tarea
cumplida, era la vida que elegí y la disfrutaba más allá del cansancio, más allá
de los compromisos, más allá de todo…
Llegar al hogar y otra etapa del día, me
esperaban ansiosos para hacer la tarea, contar las cosas de la escuela,
recortar figuritas, buscar palabras en diccionarios, la cena, el baño antes de
dormir revoloteando a mi alrededor y….el
silencio a media noche. Ansiaba esa paz, para insuflarme fuerzas para mañana.
Yo les di alas para que vuelen alto, tan alto
como puedan, que construyan su futuro donde sea, porque nacieron libes, libres
como el viento y allá se fueron…
Ahora mis días son tan diferentes, me saludan las
paredes, esas que en la oscuridad de la noche son como fantasmas y cierro
fuertemente los ojos, para no verlas, todo es silencio, de pronto me doy cuenta
que en todo el día ni una sola palabra salió de mi boca, nadie se acordó de mí
hoy, ni ayer, tiempo hace que nadie sabe si estoy o qué…
Por eso pienso que me he vuelto invisible.
Mis manos ya no están tibias como antes, mis ojos
no brillan y la sonrisa se va borrando
un poco más cada día, me pregunto…dónde está la mujer aquella, soñadora, que se
embelezaba con el alba y soñaba con su amor a distancia en cada ocaso, dónde
está, la ilusión de ser dueña de una estrella azul que un día me regalaron,
dónde las fuerzas para no caer en la tristeza, dónde el amor?
Ése que me detuvo el corazón un día, no recuerdo
cuando, pero fue tan inesperado tan
tibio, tan maravilloso y humano que llenó todo mi mundo de sueños y me miraba
en el espejo de la vida y era la más bella de las mujeres, la que feliz reía,
porque el amor me había encontrado, y me enamoré, y amé, amé como nunca antes.
Quizás sean esos tramos de la vida que no los
había planificado y hoy me muestran que todo tiene su tiempo y espacio y que
cuando llegas a tu casa y el silencio te espera, la soledad es tu compañera
constante, que no tienes quien te abrace, que te refugias en la música para
sentirte acompañada, que tal vez un poema te inspire el amor de lejos…. Aunque reniegue indefectiblemente
unas lágrimas tibias corren por mis mejillas incontenibles, lágrimas de mujer
enamorada de imposible amor a distancia.
Creo que sí, me he vuelto invisible, y quizás
mejor así.
La vida seguirá
como si nada, de mí queda un recuerdo
una anécdota, un libro, un poema, una foto, el agradecimiento de una mujer que
dio todo lo mejor que tenía solo para vivir hoy invisible a los ojos de
los demás, en esta instancia de la vida, cuando entre el alba y el ocaso no
tengo nada, apenas alguna esperanza.
Quizás vuelva una noche cualquiera inspirada en
un poema de amor, de un amor a distancia que le dio a mi vida mil razones para
creer que el amor existe aunque me haya vuelto invisible, pero enamorada .
Autora Beatriz Favre
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