Se escurre la tarde allá en el horizonte, opacando de soledad
este instante que empiezo a extrañarte y me oculto detrás de los recuerdos,
ya no siento nada en el abismo del silencio y tu ausencia.
No hallo las palabras para verte de nuevo hecho poema, el tiempo es un dolor clavado en el pecho.
Quiero gritar tu nombre amor, que te lleves mil te quiero… el horizonte
presagia tormentas, y la noche cae lenta perdiéndote en un suspiro
ahogado de tu voz, me quedo sin vos, vacía de todo hasta que vuelvas
Autora Beatriz Favre
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