Dos almas...
Dos almas que
soñaron encontrar el mismo camino, que sin saberlo lo caminaron hasta quedar
vencidos, por los años gastados de tanto sufrirlos, y el amor estaba
agazapado como escondido entre las hendijas
de tu corazón y el mío, esperando con miedo a que fueran solo sueños de amores
secretos, que el destino hace cierto a partir de aquel momento en que en tu
mirada me vi reflejada y habitaste en mis adentros dejando de existir para
vivir, convirtiendo en posible lo inalcanzable. Desechando los miedos, perdidos
en un abrazo enfrentando todo mal
presagio nos convertimos en uno mismo, siendo perpetuos amantes, compañeros de ruta por
estos caminos de la vida que, sin dudas, los hicimos nuestro, como nuestro es
el amor que nos desvela en noches
enteras, para no olvidarnos que la brecha que nos queda ente la distancia y el
encuentro definitivo, ausente de utopías, de miedos e imposibles, es tan solo
un trecho que ya percibimos, envueltos en el aroma del por siempre y para
siempre, y nunca más la lejanía, la nostalgia y las despedidas.
Autora Beatriz Favre
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