Cada día que amanece me trae
una promesa nueva, se cuelgan de mis ojos
esperanzas renovadas, bajo éste cielo de invierno
y me quedo a la orilla de mis pensamientos
Dejando a mi mente peregrinar
hasta allí, donde solo Dios puede llegar
hay un espacio de luz, signos, esperas, olvidos
calladas palabras, pedazos de sueños, poemas
nunca escritos, y sigo, con mi mente en blanco
buscando encontrar en el silencio de mi espíritu
toda esa verdad, tomando conciencia, que la vida
empieza y termina, cuando llegas a la cima,
de tu vida espiritual, aunque creas que lo logres,
ése camino nunca tiene final, solo hay un principio
encontrarás muchos vacíos, tal vez nunca halles
la salida, el camino es infinito, solo hay que intentarlo
día tras día , logrando así ser mejor persona en la vida
una promesa nueva, se cuelgan de mis ojos
esperanzas renovadas, bajo éste cielo de invierno
y me quedo a la orilla de mis pensamientos
Dejando a mi mente peregrinar
hasta allí, donde solo Dios puede llegar
hay un espacio de luz, signos, esperas, olvidos
calladas palabras, pedazos de sueños, poemas
nunca escritos, y sigo, con mi mente en blanco
buscando encontrar en el silencio de mi espíritu
toda esa verdad, tomando conciencia, que la vida
empieza y termina, cuando llegas a la cima,
de tu vida espiritual, aunque creas que lo logres,
ése camino nunca tiene final, solo hay un principio
encontrarás muchos vacíos, tal vez nunca halles
la salida, el camino es infinito, solo hay que intentarlo
día tras día , logrando así ser mejor persona en la vida
Autora Beatriz Favre
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