Tengo en mi pecho un dolor lacerante, de presentes y futuros oscuros que
se agigantan en ésta noche fría y lluviosa, donde en los cristales se perfilan
las gotas, como en mis ojos.
Como hago para explicarle a mis sueños, que aún están latentes que no se
durmieron?, Gozo y sufro, río y lloro, debo estar de mente, no lo niego, deseo
gritar que tanto te quiero, y mi voz se quiebra, en medio de tanto silencio….y
toda ésta ternura que llevo acumulada,
me oprime y angustia. A Dios pido compasión, una señal, una luz que me
ilumine, encontrar la salida del laberinto que hoy es mi vida, tantos años de
sembrar amor, de entregarme por todos y para todo, quiero ver despejado el
camino, para transitarlo contigo.
Voy malgastando las horas, miro a mi alrededor y sí, estoy sola, replanteándome
todo, reprochándome nada, aguardando simplemente, ya es tiempo de recoger el
fruto de éste amor maduro, saborearlo minuto a minuto, el tiempo es implacable
y no espera, sigue su carrera, y la noche cae pesada sobre mi vida, mañana puede
ser tarde para vivirla.
Autora Beatriz Favre
Importante momento de soledad para renovarse. Aunque nunca se está solo del todo, ya que Dios siempre nos acompaña y nos permite el tiempo y el espacio para replantearse en la vida. Muy lindo Beatriz, cargado de mucho sentimiento y emociones. Felicitaciones
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