Mi
corazón cansado
se cobija
en la tarde
cuando tu
voz querida
se rompe cual copa de cristal
Semillero
de soledades
alberga
mi alma en esta distancia
Nada me queda cuando te marchas
Vacía
estoy en silencio, esperando
llenarme
de noche, soñando alboradas
Alboradas
blancas, que me devuelvan
las
esperanzas, que sí, un mañana
todavía
podrá alcanzarnos
y compartir esta locura de amarnos
Que la
noche de mi vida no llegue
Aunque a
veces siento que se apaga como
lo hacen
una a una las estrellas
en el
firmamento de enero. Espero
sentir
tus manos en mi cuerpo, un instante quiero
antes de
partir, mirarme en tus ojos buenos
Nada hay despues de tí.
Autora Beatriz Favre
Nada hay despues de tí.
Autora Beatriz Favre
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