Hay aroma de otoño, silenciosas las veredas
acunan las primeras hojas amarillentas, y
hasta la luna
pareciera que no brilla como en primavera.
se va tu nombre hacia donde sea que tú
estás.
Y pienso en ti, caminando juntos, tomada de
tu mano
en medio de esta tristeza de tu ausencia,
siento una especie de alegría ajena, quizás
un día
te
irás conmigo, tú y yo solos, miraremos
la luna llena, alba y serena alumbrando la noche,
nuestra
noche, pues cuando vuelvas,
otro
día cualquiera caminaremos juntos la silenciosa vereda
Autora Beatriz Favre
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