A veces pienso que no existes
que naciste de un poema
en que triste y
sola, deseaba encontrar
ésa felicidad que tanto deseaba.
Y te di forma y figura, te inventé
unos ojos que gritan en silencio
unos labios que besan tiernos
unas manos que saben acariciar
con tanta dulzura, que estremece
todo mi cuerpo, aunque seas un invento
de una poetisa solitaria, aunque no seas real
vivo enamorada, esperando nada.
Porque en la noche miro el firmamento
y te veo en la luz del lucero, en el guiño
pícaro de la luna llena, o aquella estrella
que nunca alcanzaré a la que le pido
el deseo que seas real alguna vez
y dejes de ser un triste poema de amor
que para
ser feliz inventé.
Autora Beatriz Favre
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